William Turner

Joseph Mallord William Turner nació en Covent Garden, Londres, el 23 de abril de 1775.
Aunque fue una figura controvertida en su tiempo, actualmente está considerado como el artista que elevó el arte del paisaje a la altura de la pintura de historia.
Su estilo sentó las bases del impresionismo.
Es comúnmente conocido como “el pintor de la luz”, renombrado no sólo por sus óleos sino también como acuarelista.
Se le considera como uno de los fundadores de la pintura paisajística inglesa a acuarela.
Su talento fue reconocido muy pronto, convirtiéndose en académico a los 23 años de edad.
En 1785, tras ser internada su madre en un sanatorio mental, cuando William era muy pequeño, fue enviado con su tío materno a Brentford, un pequeño pueblo al oeste de Londres, cerca del río Tamesis, fue allí donde el artista mostró por primera vez su interés por la pintura.
Al año siguiente fue matriculado en la Escuela  Margate, en Kent, al este de Londres, y muy poco después expuso sus primeras obras en el negocio de su padre.
Con catorce años de edad, ingresó en la Royal Academy,  Sir Joshua Reynolds, presidente de la Academia en aquel tiempo, tomó bajo su protección a Turner, siendo definitivo este estimulo para que definitivamente decidiera dedicarse por entero al arte.
En 1790, con un sólo un año de estudios, una acuarela suya fue aceptada para la exposición veraniega de la Academia de aquel año.
Su primer óleo, “Fishermen at Sea”, fue exhibido en la misma 1796. Durante el resto de su vida, expuso regularmente en la Academia.
Viajó alrededor de Europa, comenzando en Francia y Suiza en 1802; estudió en el Museo del Louvre de París a los grandes maestros, en el mismo año. También visitó Venecia. Durante una visita a Lyme Regis, en Dorset, Inglaterra, pintó una de sus grandes obras, una escena de tormenta, albergada actualmente en el museo de Cincinnati, Ohio.
Según iba haciéndose mayor, se volvió muy excéntrico, quizá su único amigo fue su padre, con el que convivió treinta años y que le ayudó en algunas ocasiones en su estudio, entrando en una profunda depresión tras la muerte de este.
Expuso en la Real Academia por última vez en 1850.
Fue como decíamos un pintor romántico, interesado en la filosofía sublime, que supo retratar el asombroso poder de la Naturaleza sobre el hombre: fuegos, catástrofes, hundimientos, fenómenos naturales fueron descritos con una enorme maestría y belleza  por el pintor.
En sus lienzos, constata que la humanidad no es más que un conjunto de peones de la Naturaleza.
Como otros románticos, considera el paisaje natural como un reflejo de su humor. Mostró el poder violento del mar, en óleos como: “Dawn after the Wreck”,  de 1840, o “Barco de Esclavos”, de 1840.
De entre toda su notable obra una de sus más famosas telas  es: “El temerario remolcado a dique seco”, de 1839, actualmente albergado en la National Gallery de Londres.
Murió en su casa en Cheyne Walk, en Chelsea, Londres, el 19 de diciembre de 1851.
Según sus deseos, fue enterrado en la catedral de San Pablo, al lado de Sir Joshua Reynolds.

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