Guido Reni pintó la competencia entre las legendarias figuras de Atalanta e Hipómenes



Atalanta corre, pero Hipómenes la supera. Tres manzanas de oro salvan su vida porque Atalanta insistentemente recoge los tesoros que él va arrojando en lugar de concentrarse en correr; es por eso que Hipómenes puede cruzar la meta primero. Si la invencible cazadora Atalanta hubiera ganado, Hipómenes habría muerto. Ésas eran las reglas que Atalanta había acordado con su padre. Después de la muerte de su primer amante, Meleagero, ella no se quería casar con nadie, pero su padre insistía en un matrimonio. Por lo que la bella cazadora acordó casarse con el hombre que pudiera ganarle en una carrera; siendo la mujer más rápida sobre la Tierra, no le fue difícil aprobar tal acuerdo. Hipómenes, que se había enamorado de ella y a quien Atalanta también encontraba atractivo, le pidió ayuda a Venus. Ella le dio las manzanas de oro y le confió el truco que la haría ganar. Atalanta le suplicó a Hipómenes que no la desafiara, pero Hipómenes se sentía preparado. Cuando la carrera comenzó y la primera manzana cayó, Atalanta acepto a la destrucción con asombro y gratitud (aliviada de que su nuevo amor pudiera ganar y le fuera permitido vivir). Todo esto se narra en la Metamorfosis, de Ovidio. Museo del Prado, Madrid. 

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