Sdeia podia coniderarse afortunada. Karl Pavlovich había accedido pintar su retrato: ¡Briullov, el pintor ruso más famoso de su tiempo, cuya reputación como artista romántico ruso trascendió las fronteras de su país!
Los retratos representativos de Briullov fueron famosos de forma magistral, el artista, educado bajo el espíritu del clasicismo académico, fue capaz de idealizar a sus modelos y glorificar la belleza del cuerpo humano de acuerdo con los ideales clásicos. Así que la joven rusa Sdeia Andreevna Shuvalova (1829-1912) merecía esperar una pintura que transmitiera su belleza y quizá la elevará a un nivel divino. Y no fue decepcionada, de hecho, tuvo especial fortuna, ya que su pintura fue creada durante la última fase creativa del artista. Para entonces el artista había descubierto el Romanticismo. Este retrato fue pintado cuando Sdeia tenía 20 años, Briullov la puso en un jardín romántico, rico en perspectiva. En el fondo de la pintura se puede apreciar el paisaje de un parque con un río y el arco con un puente. La joven mujer aparece en una pose sublime, con una piel elegantemente radiante. Como siempre en los retratos de Briullov, Sdeia está rodeada de un caudal de detalles decorativos. El contexto es siempre imaginario; al pintor también le gustaba introducir animales. Los detalles son poetizados: la base de este retrato como el pintor lo imaginó no fue la personalidad aislada, sino "la persona conectada con el mundo entero" según Briullov. El magistral retrato de Karl se puede apreciar en el Hermitage en San Petersburgo.
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