La dama del armiño
Este famoso lienzo pintado por Leonardo representa una joven identificada por los especialistas con Cecilia Gallerani, poeta, musa y amante del duque de Milán, Ludovico Sforza, portando en su regazo un armiño con el que comparte un singular parecido. La pintura es considerada como un retrato alegórico.
El curioso animal parece no estar colocado en la escena por casualidad, y si observamos detenidamente, existe una clara similitud con la pose de la joven que nos sugiere una intención oculta, una relación simbólica entre ambos. Sin embargo, ahora sabemos que el animal no aparecía junto a la joven en una primera composicion sino que fue añadido posteriormente. Por otro lado, desde siempre el armiño se ha identificado como símbolo de pureza, así según la tradición, este bello animal “prefiere caer en manos de los cazadores antes que refugiarse en una guarida llena de barro y mancharse“. Valiente e inquieto, el armiño simboliza en secreto la unión de los dos amantes.
Curiosidades de la obra
La Dama del armiño no fue adjudicada a Leonardo da Vinci hasta el siglo XVIII, cuando un profundo estudio de los detalles lo confirman como obra suya. Comprada a principios del siglo XIX por la familia polaca Czartoryski, la princesa Isabelle Czartoryski hizo pintar sobre el margen izquierdo la siguiente leyenda: “La Bella Feroniere. Leonard D´Awinci” para identificarla.
Oculta en los sótanos del castillo familiar, la delicada pintura ha conseguido sobrevivir a dos guerras mundiales. Estuvo a punto de perderse para siempre durante la II Guerra Mundial cuando fue confiscada por los nazis junto a varios lienzos de Rafael y Rembrandt para formar parte del futuro museo que Adolf Hitler tenía planeado realizar en Linz.
Afortunadamente, los aliados pudieron rescatarla y devolversela a sus propietarios tras la guerra y actualmente, puede contemplarse en el Museo Nacional de Cracova.
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